Muchos de nosotros, por no decir todos, nos hemos conmovido al menos una vez en la vida al ver a un niño muriendo de hambre o estirando su mano para pedir algo de comer. Esa acción tan básica e instintiva del ser humano que es comer; un ejercicio que todos creemos tan simple y tan cotidiano puede en verdad cambiar no solo nuestra vida sino la del planeta entero.
¿Pero cómo sucede esto?, pues es muy simple. Cada vez que elegimos
un producto en lugar de otro casi sin saberlo o sin darnos cuenta estamos ayudando
a destruir el mundo o a conservarlo. Creo que nunca nos hemos detenido a pensar
algo así. Cuando salimos a la tienda no vamos pensando en cuánta basura podemos
generar si compramos una funda de tal o cual producto, si es mejor comprar la
leche en funda, en cartón o en una botella de vidrio. En verdad en lo que
pensamos es en cuánto nos costará y
obviamente tratamos de ahorrar lo máximo.
Pero la realidad es alarmante: cada persona en Ecuador genera 2
libras diarias de residuos sólidos lo cual se traduce en 4.1 millones de
toneladas al año. Para tratar de contrarrestar esta terrible realidad hemos
desarrollado una serie de iniciativas que buscan mejorar la vida de las
personas y por ende de nuestra casa: la Tierra.
En ese camino nos encontramos con el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), quien nos ha acompañado en muchos sueños como el de Socio
Reciclador que ha devuelto no solo la esperanza a miles de personas que tenían
a la basura como un medio de sustento, sino que además hoy les provee de un
nuevo medio de vida de manera digna.
Debo confesarles que el camino no ha sido fácil pero cuando
recibimos gestos de gratitud como un gracias de esos esperanzados recicladores
nos damos cuenta que estamos en el camino correcto. Y aún más cuando Ecuador es
halagado no solo casa adentro sino también afuera por ser un líder en la región
y un ejemplo para el mundo por su manejo de desechos.
Esta semana recibimos a nombre del Gobierno Nacional la donación de
la muestra fotográfica Hungry Planet (Un Planeta Hambriento), que nos muestra
la vida de 30 familias de 24 países del mundo. La donación de esta reconocida
muestra llegó no por casualidad sino porque el mundo nos reconoce por nuestro programa
de gestión integral de desechos sólidos. Todos debemos sentirnos orgullosos ya
que Morgan Doyle, representante del BID en Ecuador, sostiene que nuestro país
ha marcado ya un hito extraordinario en este campo. Considera que nuestros
proyectos son innovadores y pocas veces visto en la región.
El MAE es Ecuador, nos reconocen como una entidad proactiva con ambiciosos
programas que ellos esperan y aspiran poder seguir apoyando y que esa
colaboración perdure en el tiempo. Estas palabras y muestras de confianza en
nuestra gestión nos impulsan a continuar cada día con más aliento. Gracias a
todos los ecuatorianos que ya son parte de la Generación Verde, a los
ciudadanos que creen que el reciclaje es un camino y lo acogieron con
esperanza, interés y mucha responsabilidad. Vamos en la dirección correcta.
Gracias a todos por sus aportes y no olviden preguntarse ¿Cuánto de lo que
consumimos realmente necesitamos? Recuerden que pequeñas acciones hacen grandes
cambios y estos cambios empiezan por uno mismo.
Lorena Tapia
Ministra del Ambiente
NOTA: Las fotos usadas en
este blog tienen permiso para ser publicadas en este y otros medios respetando
los derechos de autor.
Estas fotografías
pertenecen al fotógrafo Peter Menzel
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