miércoles, 9 de septiembre de 2015

Santa Fe: la isla de las tortugas gigantes


Las secuelas de las inconscientes acciones humanas desarrolladas en el archipiélago de Galápagos siglos atrás, aún no han podido ser revertidas del todo, pese a los esfuerzos empleados por el Estado Ecuatoriano, desde la creación del área protegida. Sin embargo, los avances tecnológicos y la ciencia nos permiten implementar acciones que nos acercan cada vez más a ese gran objetivo. 

En uno de los últimos hitos de conservación en el archipiélago, la isla Santa Fe, recibió a 201 tortugas gigantes, que desde el mes de julio de este año habitan y dominan el espacio que les pertenece. 

Originalmente la isla Santa Fe tuvo tortugas gigantes, las cuales fueron depredadas por piratas y balleneros que hicieron del archipiélago su sitio preferido de abastecimiento, para sus largas travesías por  los diferentes océanos del mundo. En su paso por las Galápagos, principalmente se proveían de tortugas gigantes, las que se convertían en fuente de carne fresca permanente. 

Fueron siglos de explotación animal por parte de estos piratas, que las expediciones científicas posteriores sólo encontraron vestigios de la presencia de este imponente reptil en algunas islas, como Santa Fe. 

La Dirección del Parque Nacional Galápagos procuró la introducción de 201 tortugas gigantes de una especie Chelonoidis hoodensis, originarias de la isla Española, con características similares a las que habitaron Santa Fe en antaño. 

Pero la reintroducción de estas tortugas a la isla Santa Fe, no es producto de la creatividad de una sola persona. Es el resultado de décadas de esfuerzo por erradicar las especies introducidas que existían y restablecer su ecosistema alterado. En 1971 la DPNG eliminó las cabras que eran las principales destructoras del entorno y como autoridad ambiental hemos esperado pacientemente que poco a poco Santa Fe recobre su riqueza y sea lo que hoy es, una isla totalmente restaurada.

Una evaluación realizada en el 2011, registró aproximadamente 250.000 cactus Opuntia, en su mayoría adultos; y unas 6500 iguanas terrestres (Conolophus pallidus), las que demuestran que todo el trabajo invertido no ha sido en vano.  Pero era necesario contar con el principal herbívoro de la isla, para que cumpla con su función de ingenieras del ecosistema.
Las 201 tortugas reintroducidas a Santa Fe nacieron en cautiverio hace más de 4 años atrás. Fueron celosamente cuidadas y criadas por los guardaparques, algunas cumplieron 10 años de vida en nuestro centro.  Previo a su traslado hacia su nuevo hogar, los quelonios fueron medidos, pesados, y marcados con un microchip, datos que facilitarán el monitoreo futuro. A 30 de los nuevos habitantes de Santa Fe se les colocó un transmisor de radio telemetría que proporciona información sobre la dispersión de las tortugas durante los próximos dos años.

Después de 150 años, las tortugas gigantes de Galápagos nuevamente pisan suelo santafesino, esta vez  bajo la mirada atenta de todos los que amamos este Patrimonio Natural de la Humanidad.

Lorena Tapia
Ministra del Ambiente



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