
El comienzo de una nueva vida es motivo suficiente para que podamos
alegrarnos, festejar y reconocer que efectivamente ese acto que sucede a diario
y que a veces nos es tan común, en verdad es un milagro de la naturaleza.
Y hoy quiero compartir con ustedes no solo uno sino cientos de ellos que
nos llenan de esperanza y que nos dicen que es posible cambiar hasta los peores
escenarios y llenarlos de color.
En 1998 un tenaz Fenómeno del Niño casi terminó con la población de
nuestros piqueros patas rojas, una excepcional especie que junto a los patas
azules y a los enmascarados le han dado identidad mundial a nuestras Islas
Galápagos.
Lo único que diferencia a los patas rojas de los otros piqueros es que
ellos viven en ecosistemas únicos uno de ellos es Punta Pitt, un sitio
maravilloso enclaustrado en un extremo de la Isla San Cristóbal, de donde casi
desaparecieron con las lluvias en el 98.
En ese entonces se realizó un censo para poder conocer las afectaciones
reales de ese invierno y la noticia más que alarmante fue devastadora: tan solo
quedaban menos de 100 especímenes vivos.
Eso convirtió a la población de piqueros patas rojas en aves en peligro
de extinción en las islas Galápagos y fue entonces que comenzamos un cuidado
exhaustivo, pero sobre todo dedicado y con amor, para tratar de salvar su
especie. En este sitio, que es de alto valor ecológico, la Dirección del Parque
Nacional Galápagos invierte enormes esfuerzos para controlar las especies
introducidas como roedores, gatos, hormigas y cabras para poder preservar las
especies de este lugar.
Los primeros frutos de ese trabajo diario los tuvimos cuando pudimos
comprobar que la población de patas rojas aumentó a 271 en el año 2011 y a 427
en el 2013. Y si bien pudimos respirar un poco más tranquilos porque en cinco
años cuadruplicamos la cifra de patas rojas, aún eran pocos especímenes para
asegurar la supervivencia de su especie en las islas.
Pero el trabajo continuó y hace pocos días terminamos con el censo 2015.
Los guardaparques encargados de esta actividad nos acaban de confirmar que por
primera vez en la historia de Galápagos hoy tenemos 1107 piqueros patas rojas
(752 adultos y 355 pichones y juveniles), que adornan el paisaje de Punta Pitt
y nos devuelven la esperanza de poder ver y disfrutar la majestuosidad de
esta ave nativa de Galápagos.
Bien lo decía Gandhi: “La grandeza de una nación y su progreso moral
puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados”. Punta Pitt es
un claro ejemplo de esa lucha silenciosa y tenaz por lograr sobrevivir una
especie. Por ahora lo logramos, lo hicimos por ustedes, por nuestros hijos y
por el mundo. Les invito a festejar estas 1107 razones de vida.
Ministra del Ambiente
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