lunes, 24 de agosto de 2015

El milagro de Punta Pitt



El comienzo de una nueva vida es motivo suficiente para que podamos alegrarnos, festejar y reconocer que efectivamente ese acto que sucede a diario y que a veces nos es tan común, en verdad es un milagro de la naturaleza.

Y hoy quiero compartir con ustedes no solo uno sino cientos de ellos que nos llenan de esperanza y que nos dicen que es posible cambiar hasta los peores escenarios y llenarlos de color.

En 1998 un tenaz Fenómeno del Niño casi terminó con la población de nuestros piqueros patas rojas, una excepcional especie que junto a los patas azules y a los enmascarados le han dado identidad mundial a nuestras Islas Galápagos.

Lo único que diferencia a los patas rojas de los otros piqueros es que ellos viven en ecosistemas únicos uno de ellos es Punta Pitt, un sitio maravilloso enclaustrado en un extremo de la Isla San Cristóbal, de donde casi desaparecieron  con las lluvias en el 98.

En ese entonces se realizó un censo para poder conocer las afectaciones reales de ese invierno y la noticia más que alarmante fue devastadora: tan solo quedaban menos de 100 especímenes vivos.

Eso convirtió a la población de piqueros patas rojas en aves en peligro de extinción en las islas Galápagos y fue entonces que comenzamos un cuidado exhaustivo, pero sobre todo dedicado y con amor, para tratar de salvar su especie. En este sitio, que es de alto valor ecológico, la Dirección del Parque Nacional Galápagos invierte enormes esfuerzos para controlar las especies introducidas como roedores, gatos, hormigas y cabras para poder preservar las especies de este lugar.

Los primeros frutos de ese trabajo diario los tuvimos cuando pudimos comprobar que la población de patas rojas aumentó a 271 en el año 2011 y a 427 en el 2013. Y si bien pudimos respirar un poco más tranquilos porque en cinco años cuadruplicamos la cifra de patas rojas, aún eran pocos especímenes para asegurar la supervivencia de su especie en las islas.

Pero el trabajo continuó y hace pocos días terminamos con el censo 2015. Los guardaparques encargados de esta actividad nos acaban de confirmar que por primera vez en la historia de Galápagos hoy tenemos 1107 piqueros patas rojas (752 adultos y 355 pichones y juveniles), que adornan el paisaje de Punta Pitt y nos devuelven la esperanza de poder ver y disfrutar la majestuosidad de esta ave nativa de Galápagos.

Bien lo decía Gandhi: “La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados”. Punta Pitt es un claro ejemplo de esa lucha silenciosa y tenaz por lograr sobrevivir una especie. Por ahora lo logramos, lo hicimos por ustedes, por nuestros hijos y por el mundo. Les invito a festejar estas 1107 razones de vida.



Lorena Tapia
Ministra del Ambiente

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